Avalon y el equilibrio femenino-masculino – y 3ªparte

Lammas y la tradición cristiana de la Abadía

Estar en Glastonbury durante la celebración celta de Lammas o Lughnasadh, como es también conocida, fue un hecho totalmente “fortuito”. No habíamos tenido en cuenta esta fecha, pero nos llenó de alegría saber que podríamos participar en alguno de los eventos programados. La mañana del 1 de agosto estaba anunciada una meditación de Lammas en Chalice Well y bien tempranito me puse en marcha hacia el Pozo del Cáliz, no sin antes parar a por mi expresso doble con leche de soja en la cafetería que, dicen, tiene el mejor café del pueblo: My Fine Deli.

El sol brillaba con timidez ese martes y no había presagio de chubascos, así que la alegría por la celebración era aún mayor. En la zona verde situada al lado de la piscina de la Vésica Piscis se habían colocado varios bancos en torno a un brasero de fuego, y todo invitaba a sentarse cerca de las hipnóticas llamas.

La entrada a Chalice Well era gratuita la mañana de Lammas.
Fuego, bancos para sentarse y comida vegana para celebrar.

Deduje que la meditación sería en aquel lugar, adonde cada vez llegaban más personas, la mayoría gente local, pero cuando llegó la hora anunciada vi que no había movimiento, y con mucha prisa subí hasta el pozo y santuario. Acababa de comenzar el acto, pero pude situarme junto a la celosía que lo rodea. Después de las bellas palabras de los dos conductores de la meditación, entramos en un silencio solo roto por el canto de los pajaritos. Fueron diez minutos en los que sentí elevarse la vibración a un nivel tal, que solo es posible cuando los corazones pulsan en unidad. Desde el sagrado punto donde se frecuenciaron las aguas con la energía de amor incondicional de la familia crística hace dos mil años, la luz, la gracia y el amor se expandieron a toda la Humanidad. Ese fue el deseo que se expresó y con el que todos los presentes resonamos.

En Lammas se celebra y se da la bienvenida a la primera cosecha de granos, y como muestra, se repartió a cada participante en la meditación un trocito de pan blanco.

Reparto de trocitos de pan blanco después de la meditación.

El trigo es uno de los cereales que se utilizan para atraer la fertilidad y la suerte monetaria. Una enorme espiga de pan destacaba entre las flores amarillas, naranjas y blancas que simbolizaban la luz del sol y que adornaban el pozo. Lammas señala el punto medio de la época cálida del año y honra al dios celta del sol, Lugh, así que todo hacía alusión a la fiesta celta. La belleza de la Vésica Piscis aumentaba aún más con aquella espléndida ofrenda, y todo en torno al pozo era alegría y unidad.

El Pozo Sagrado de la Vésica Piscis adornado para Lammas.

Fue difícil salir de la burbuja de amor de Chalice Well, pero quería acercarme a White Spring antes de que se llenara de gente. La cueva santuario a los pies de la colina de Tor ha sido un lugar de peregrinación desde hace milenios. Entrar en White Spring es adentrarse en uno de los misterios de Avalon, ya que en su interior brota un manantial de agua blanca, con alto contenido en calcita, que se recoge en tres piscinas construidas en base a los principios de la geometría sagrada. La pureza del agua y su capacidad sanadora invitan a muchas personas a bañarse en estos estanques, pero reconozco que hay que ser muy osado para adentrarse en un agua completamente helada. En mi primera visita lo logré, sólo hasta las rodillas, por eso siempre me impresiona cuando veo, como en esta ocasión, a mujeres completamente sumergidas, como hacían las sacerdotisas druidas que veneraban a Brigid y a Nuestra Señora de Avalon.

En el interior de White Spring está prohibido sacar fotos, para preservar la intimidad de las personas que se bañan en los manantiales.

En White Spring hay pequeños rincones donde se rinde culto las antiguas energías y espíritus de Avalon. La oscuridad del espacio, solo rota por las velas de los altares, te invita al recogimiento, y el sonido del agua te arrulla con su rítmico fluir. Una vez más me dejé guiar por la intuición y me desvié hacia un lateral. Allí me encontré con el pequeño altar en honor al Rey del Reino de las Hadas. De nuevo, el Masculino Sagrado se hacía muy presente.

Había decidido dejar para los últimos momentos del viaje la visita a la Abadía. Construida sobre la línea ley de María (la mayoría de iglesias europeas están levantadas sobre líneas ley), es el complejo monástico cristiano más antiguo de Gran Bretaña y, en su momento de mayor esplendor, fue la abadía más rica de Inglaterra.

Las 10 libras que cuesta la entrada están bien amortizadas si dispones de tiempo para perderte entre las históricas ruinas, los hermosos senderos y los grandes parques que ocupan 14,5 hectáreas de extensión.

Ruinas de la Abadía de Glastonbury, que en su día fue la más rica de Gran Bretaña.

La Abadía de Glastonbury enlazó la tradición cristiana con la religión druídica, ya que el lugar donde José de Arimatea construyó un sencillo templo a su llegada a tierra británica ya era tenido por sagrado por los druidas, quienes creían que las líneas telúricas son vías espirituales y manifiestan la vida en la Tierra.

Aquella primera iglesia se construyó con la ayuda de los druidas como lugar de conexión con el Sagrado Femenino. Más tarde, cuando el cristianismo se implantó como credo en Gran Bretaña, se atribuyó su culto a la Virgen María.

Independientemente de la advocación de aquella primera capilla, todo en el interior del complejo de la Abadía nos invita a entrar en nuestro interior, sin más dogma que el del seguir el caminar de tu alma y sentir la serenidad y la elevada frecuencia de un lugar sagrado donde confluyen la energía crística con la espiritualidad celta.

El mural de María Magdalena se encuentra en el interior de la Capilla de San Patricio.

En mi anterior visita me detuve mucho en las edificaciones, así que, en esta ocasión, quería dedicarme a sentir la vibración de los senderos, los jardines, los lagos y, especialmente, el huerto de manzanos. Aún así, no pude dejar de entrar en la Capilla de San Patricio para ver nuevamente a mi amada María Magdalena, aunque aquí aparece representada portando los siete pecados que el patriarcado católico asocia con ella.

Pero el deleite de mi alma comenzó entre los hermosos árboles que te reciben en el camino que circunda toda el complejo de la Abadía. Sus enormes troncos te hablan del tiempo que llevan conectados a Madre Tierra en este espacio tan especial. Uno de ellos me atrajo inmediatamente. Nunca vi un olivo tan inmenso, justo en el lateral desde el que se observa la llamada Tumba del Rey Arturo.

Los hermosos y antiguos árboles que circundan los restos de la Abadía.
El hermano olivo más inmenso y mágico que vi jamás.

No quise desviarme del sendero, así que seguí recorriéndolo en contemplación hasta llegar a la zona de los estanques. El trabajo con el agua era otro de mis objetivos, y junto a ellos me detuve viendo nadar a los peces.

The way you flow, the way you are”. La conciencia del Yo Superior me susurra primero en inglés.

Las ondas del agua en espiral, de dentro hacia afuera, el mismo sentido que la sabiduría del corazón”.

El agua es el elemento que mejor refleja tu identidad”.

Incluso en un estanque hay movimiento”.

Trabajo con el agua en uno de los dos lagos del interior.

Mensajes que llegan como gotas de agua mientras, sentada junto al mayor de los lagos del interior de la Abadía, observo como los obreros retiran las estructuras de lo que tuvo que haber sido un escenario, un pequeño grupo de niños ríe con las bocas abiertas de los peces y tres hombres pasan en distendida conversación a mi lado. Es como si el Masculino se quisiera hacer oír de nuevo, algo que he ido sintiendo intensamente durante todo el viaje y que se intensificó en el huerto de las manzanas.

Precisamente el huerto de las manzanas está considerado un lugar de conexión con la Diosa. Se dice que era el jardín de sus sacerdotisas, y las manzanas simbolizan la sabiduría divina femenina. Avalon, la isla de las manzanas, es uno de los lugares sagrados del planeta más asociados a la Diosa, aunque, como chakra corazón de la Tierra, sostiene la energía de la sagrada unión entre el femenino y el masculino.

El huerto de los manzanos, lugar de conexión con la Diosa.

Bien posicionada ante uno de los manzanos me dispongo a conectar y esto es lo que recibo:

Al prohibir la manzana, al considerarlo el fruto prohibido, se priva al hombre de acceder a la sabiduría del corazón”.

La que me habla es Morgana, quien continúa:

Salomon give us the power of the choice without selling our home. The divine home is representing heaven on every choice.

So, give us the frecuency of the lost love, so we can repair your hearts from any pain you charge. Here arte the elementals you know, guide your presence to our Lord”.

Salomón nos da el poder de elegir sin vender nuestra casa. El hogar divino representa al Cielo en cada elección. Así que dadnos la frecuencia del amor perdido, para que podamos reparar vuestros corazones de cualquier dolor que carguen.

Aquí están los elementales que conoces. Guía tu presencia hacia el Señor”.

Recibiendo, en el huerto de los manzanos.

Mi mente no comprende la aparición del rey Salomón en un mensaje de Morgana, pero intento dejar la mente a un lado para embriagarme de la energía que me rodea en el huerto de los manzanos, donde todo lo que se me muestra tiene que ver con el Masculino. Siento muy profundamente la frecuencia de Yeshua en ese lugar, y junto a él a Salomón, Arthur y Joseph of Arimatea, quien toma el relevo para decir:

Los hombres que buscan el Grial buscan encontrar su copa, su feminidad, para abrazarla y seguir adelante con compasión y amor.

Yo no traje el Grial abstracto. Acompañé al femenino en el exterior, y en mi pecho encendí la triple llama, amor, poder y compasión. En el Grial que portas, pequeña niña, está la sabiduría divina del Amor.

El rey Arturo encontró en Ginebra su grial exterior. La princesa perdida se quedó a su lado pese a la sombra de su amor (Arturo)”.

Habría tanto que contar sobre Arturo y su relación con la familia crística. Unos metros más allá está señalizada su tumba, aquella a la que fueron trasladados los restos encontrados por unos monjes en 1191, y que es asiduamente visitada por todos los que llegan a Glastonbury atraídos por las leyendas artúricas y del Santo Grial. También yo me acerqué, pero con la convicción de que los restos del gran rey no descansan ya en ese suelo, que no por ello deja de ser menos sagrado.

Tumba del Rey Arturo, con Our Lady Chapel al fondo.

Fue la Capilla de Nuestra Señora, Our Lady Chapel, la que centró por completo mi atención. Toda ella está repleta de símbolos y marcas. En el lateral izquierdo recordaba encontrar grabados en la piedra los dos nombres más importantes para mi alma: Jesús y María. La primera vez que los descubrí lloré de emoción, cuatro años después, al volver a recorrer cada letra con mis manos, sonreí porque ya no me resulta sorprendente la unión de esos nombres. Los maestros del Amor, Yeshua y María Magdalena, sembraron la semilla crística en Avalon, juntos, y como parte de su misión. Es a ella, a María Magdalena, a quien se la representa en esa inscripción, aunque la capilla esté bajo la advocación de la Virgen María.

Los nombres de Jesús y María están grabados en la pared sur exterior de la Capilla.

El arco de entrada al templo es un crisol de símbolos del Sagrado Femenino: rosas y flores de lis. Bajo uno de sus arcos, el de la llamada Capilla Galilee una voz me susurró “en el nombre del amor eres consagrada”.

La frecuencia de Our Lady Chapel es de consagración al amor.

En la parte baja de Our Lady Chapel, se encuentra la Cripta de José de Arimatea. En mi visita anterior no me detuve en ella, pero en este viaje él fue uno de mis guías y puso ante mis ojos lo que antes no había tenido conciencia para comprender. Casi imperceptible, bajo un cristal, y a los pies de una moderna escalera, se halla el llamado pozo de José de Arimatea. Se alimenta de un manantial de roca natural y está documentado desde la edad media, cuando la cripta se convirtió en destino de los peregrinos que viajaban en busca de la sanación atribuida al agua de este manantial. De nuevo, el agua, un agua milagrosa frecuenciada con la energía crística al igual que la de Chalice Well, sólo que aquí, siglos después, este pozo sagrado pasa desapercibido y es inaccesible.

El pozo de José de Arimatea fue otro de los descubrimientos guiados.

Tras la inmensa alegría de descubrir el manantial de José de Arimatea di por terminado el recorrido por la Abadía, convencida de que lo que allí se encuentra va mucho más allá de la tradición católica y de la leyenda artúrica.

Gog y Magg y la red arbórea

En el último día de nuestro viaje el pronóstico de chubascos era desalentador. El verano inglés es como una montaña rusa climatológica. De repente cae un aguacero enorme y a los diez minutos escampa, sale el sol, se vuelve a cubrir y otro aguacero, así que tienes que estar preparada para todo. En un momento de ausencia de lluvia, aproveché para hacer las últimas compras en el centro del pueblo. Justo cuando salía de la tienda, agua a raudales, así que busqué refugio en la iglesia que me quedaba por visitar.

De nuevo Magdalena ante los pies de la cruz, esta vez en el altar de St Benedict´s Church.

St Benedict´s Church sigue el mismo concepto de iglesia abierta que St John, pero no es centro de visitas turísticas. Está un poquito apartada y parece dedicada al culto local. Estaba completamente vacía cuando entré buscando guarecerme de la lluvia. En su interior, mayor simplicidad aún que en los otros templos, y unas preciosas vidrieras que acaparan todo el protagonismo. En la que preside el altar, de nuevo, la presencia de María Magdalena a los pies de la cruz, algo que se repite en todos los templos de Glastonbury. Y en el lateral, una escena en la que Yeshua aparece predicando ante un grupo de hombres y mujeres, en la que destaca una figura femenina ataviada de rojo. Quien tenga ojos para ver, que vea.

Yeshua predicando ante un grupo de hombres y mujeres.

Siguiendo la estela de María Magdalena vuelvo a la capilla de St Margaret. La amenaza de tormenta hizo que me encontrara a solas y pudiera empaparme de una energía más limpia y serena, como si el agua hubiera purificado la frecuencia en su interior.

El jardín de St Margaret´s Chapel parecía una burbuja mágica tras la lluvia.
Sentí muy diferente la energía del interior de la capilla en mi segunda visita.

Después de la velita de ofrenda me entrego a recibir:

Today the choice is to remeber who you are, and start again”.

Hoy la decisión es recordar quién eres y empezar de nuevo”.

¡La presencia del amor en tu vida es tan pura y constante! Aún así debes comprender que la compasión es el primer paso para ser un corazón limpio y puro. Todo el mundo quiere ser oído y aceptado, incluso si están cerrados a abrazar la luz de Cristo.

Recuerda abrir tu corazón a aquellos que se sienten desatendidos y aislados y sé tierna con ellos. No sólo este camino, el camino del amor es para ti y para todos a tu alrededor. A todos los seres humanos se les ofrece este sendero.

La percepción del Amor está fortaleciéndose con el ascenso celestial.

El único camino para contribuir al proceso de ascensión es estar en disposición de seguir lo que tu alma te muestra para entender que vivir en la Tierra es felicidad y que vendrán días gloriosas al final.

Estar conmigo es estar con el Cristo vivo de compasión y amor”.

Al final de este profundo mensaje, María Magdalena me invita a visitar a Gog y a Magog, así que no dudo en ponerme en camino a primera hora de la tarde.

El cielo se abre lo suficiente para disfrutar con calma de la ruta que me lleva hasta los hermanos robles atravesando prístinos prados y frondosos senderos. Es en estos momentos, sola en la magnética naturaleza que rodea Glastonbury Tor, cuando siento el balance perfecto en mi interior que provoca la energía que emana esta tierra sagrada.

El frondoso sendero que lleva hasta Gog y Magog.

Gog y Magog me reciben con toda su grandeza. Son los únicos supervivientes de aquellos robles de Avalón que fueron talados, en su mayoría, en 1906. La amplitud de diámetro de sus troncos hace pensar que tengan, al menos, mil años. Gog, tristemente, no pudo sobrevivir a un incendio originado por una vela dejada en el interior de su tronco en 2017, pero Magog resplandece por encima de las vallas que el propietario del terreno donde se ubican ha colocado para protegerlos.

Gog, en primer término, y Magog, ahora protegidos por una valla.

Me encuentro sola ante estos árboles considerados sagrados ya por la comunidad druida del lugar y la alegría de una fiesta me embarga. Una cancioncilla viene a mi mente, en inglés, y a través de ella rememoro una de las muchas celebraciones que se realizaba ante los hermosos robles. Cantos y bailes mientras recogían el muérdago y celebraban “el cielo en nuestras almas”. A Gog y a Magog se acudía para celebrar la alegría de vivir y “vacíar” los deseos del corazón. Ellos, hoy en día, te piden que les cuentes lo que hay en tu corazón y te dicen que tienen “dos nombres para el mismo amor”.

La vuelta hacia Tor la hago envuelta en la alegría de la comunidad druida y con paso ligero. Mis últimas horas en Avalon me han reconectado con esa energía de Madre Tierra a la que sus antiguos pobladores se sentían estrechamente ligados. Dicen que Avalon acompaña a Madre Tierra en la ascensión y colabora en este bendecido proceso, comunicándose con el mundo terresrte, especialmente, a través de las mujeres.

Envuelta en la alegría de la conexión druida, de vuelta a Tor.

En este viaje, la mujer que soy en esta encarnación ha sentido el llamado de Avalon de honrar al masculino y de equilibrarlo con el femenino para lograr la unidad que conduce a la ascensión de la raza humana. Todo me ha hablado del Divino Masculino, no sólo a través de los mensajes de los maestros ascendidos que me han guiado, José de Arimatea, sobre todo, sino de los actos llevados a cabo por los hombres que nos hemos cruzado durante estos casi ocho días.

Arturo y Ginebra, Yeshua y María Magdalena, Joseph y María, dos nombres para el mismo amor. El agua blanca y el agua roja, las líneas ley de San Miguel y de María, Gwyn-ap-Nudd y Morgana La Fey… En el chakra corazón de este planeta, la dualidad se disuelve para hacer emerger la unidad sagrada que sana a cada ser y, por extensión de vibración, a toda la Humanidad. En Avalon ya se vive en la frecuencia que tendrá Gaia en próximos años. Sí, Avalon ya es.

Bendiciones.

Helena Felipe

Los regalos de Avalon (2)

Nuestra siguiente parada era la Abadía. Al bajar de Wearyall Hill, nos adentramos en la pequeña zona comercial de Glastonbury buscando el camino más fácil de llegar al centro. Nos desorientamos un poco, pero ese breve deambular nos hizo toparnos con un maravilloso y enorme hermano árbol que pensamos era un anciano roble. Sus dimensiones eran inmensas, y allí estaba, justo al lado de un centro comercial, como si quisiera recordarnos que pese al desarrollo urbanístico de la ciudad, ellos, los árboles, siguen siendo sus más antiguos pobladores. Es más, Glastonbury esconde en las calles menos transitadas los más sorprendentes y bellos ejemplares de la naturaleza. Nuestra Jessie tiene a un oculto tejo como su árbol favorito de todo Glastonbury.

Una bonita luz de mediodía nos acompañó en el recorrido de la legendaria Abadía, el complejo cristiano más antiguo de Gran Bretaña, donde se dice que José de Arimatea fundó la primera iglesia cristiana y donde están enterrados el Rey Arturo y su amada Ginebra.

Nada más entrar en el complejo de 14,5 hectáreas, una pequeña capilla, la de San Patricio, nos invita a pasar. Es sencillo su altar, con una linda vidriera, pero lo que llama la atención es la pared opuesta, en la que aparece pintada una mujer de cabellos rojizos de la que parten seis lazos rojos con un dragón en cada uno de los extremos.

Me hizo reflexionar esta imagen, porque me gustaba mucho la mujer en sí, pero me provocaban malestar los pequeños dragones. Al leer la leyenda que la acompaña, entendí. Representa a la María Magdalena pecadora de la iglesia católica. Los dragones simbolizan seis de los pecados capitales, mientras que ella misma es el séptimo al portar el orgullo. Gracias al Cielo, esta representación de María Magdalena está siendo reemplazada por la verdadera, la de la mujer amada de Jesús que continuó con su misión sagrada de trasmitir el Camino del Amor, porque estamos en el tiempo en el que la verdad es desvelada.

Siguiendo el recorrido trazado, nos encontramos con la Santa Espina, un pequeño espino blanco, descendiente de aquel que trajo José de Arimatea, y que ya habíamos honrado en Wyrall Hill (así también se nombra a la colina).

En un amplio terreno de verde césped, las ruinas de la Abadía nos hacen sentir minúsculas ante lo que fueron sus desproporcionadas dimensiones. Fue la más rica de Inglaterra y, sin duda, la de mayor tamaño, de hecho figura en el mapa del mundo realizado por Mateo de París en 1250.

Se puede conocer cada dato en la visita guiada que hacen los monjes del monasterio de la Abadía, pero yo decidí dejarme llevar por mis sensaciones y apartarme de esta visión tan oficialmente católica. Entré sola en la Lady Chapel o Capilla de Nuestra Señora, en cuyos arcos aparecen esculpidas rosas abiertas, la flor de la Madre, de la diosa, la flor del amor.

En su interior, todo es sencillez, todo parece seguir una pauta minimalista. Hay bancos de madera que se ubican en soportales de piedra. La energía es limpia, suave y amorosa y, de nuevo, las lágrimas brillaron en mis ojos, al sentir la luz de lo Femenino Sagrado. Sabía que en algún lugar de esta mágica capilla estaban esculpidos los nombres más sagrados para mi corazón: Jeshua y María Magdalena. Los busqué dando vueltas por todos lados, pero no, no los hallé en el interior.

Salí en dirección a la tumba del rey Arturo, justo entre las dos monumentales paredes que se mantienen en pie como creando un portal. Una rosa roja reposaba debajo del cartel que explica que a allí se trasladaron, en 1278, los huesos que fueron encontrados en el lado sur de la Lady Chapel en el año 1191. No sé que pensaría un rey pagano como Arturo al saber que sus huesos se veneraron en un templo católico, lo que si es cierto es que la grandiosidad del lugar es propia de un rey como lo fue él.

Paseé admirada por los bellos parques, atravesando el huerto de manzanos y los huertos de plantas y hierbas de estilo medieval, hasta volver a la Lady Chapel, el lugar que más me hacía estremecer. Quería enseñársela a mi amiga-ángel, Andoliñe, y, justo cuando entrábamos por la puerta sur, los encontré.

Allí, grabados en la fachada sur estaban los nombres: Jesvs, Maria. Y volví a emocionarme hasta las lágrimas al colocar mis manos sobre las inscripciones. Los nombres de los amantes sagrados juntos, como debe ser, como fue, como será para toda la eternidad.

Dejamos la Abadía agradecidas por haberla disfrutado con sol y un bonito cielo azul, y con un sentimiento de alegría serena.

Cambiamos la orientación cristiana para adentrarnos en la esotérica al entrar en el Goddes Temple, uno de los lugares más simbólicos de Glastonbury, donde se adora y honra a la diosa del corazón. Es una bonita sala atendida por voluntarios, donde se reúnen todos y todas aquellas que buscan la bendición de las diosas. Un pequeño tippie cubierto de tela roja y con un altar en el que figura una dama de rojo representa el útero materno, allí donde todo es fuerza que da vida y donde todo se crea. Otro altar, esplendoroso y hermoso, refleja a la dama de Avalon.

En torno a ella, y con una maravillosa música de fondo, nos sentamos en silencio junto a otras mujeres. No recuerdo el tiempo que estuvimos allí, pero sí el estado de calma y serenidad que sentí durante nuestra estancia. Antes de abandonar el Templo de la Diosa, nos abrazamos todas y, de frente al altar, dimos gracias en un gesto de hermandad que me hizo emocionarme.

Volvimos a las calles. Queríamos visitar algunas de las múltiples tiendas, todas preciosas y repletas de imágenes, piedras, símbolos y joyas que nos encantaban. ¡Es tan peculiar el ambiente de Glastonbury! Como nos habían dicho, allí encuentras de todo, desde lo más mágico y luminoso a lo más mundano y gris.

Nos sentamos en un banco frente a la Iglesia de San Juan Bautista (lamentablemente cerrada a causa de unas obras de reforma, lo que nos impidió recorrer el laberinto que hay a su entrada, en el césped) y nos dejamos envolver por el ambiente alternativo de la ciudad, mientras picábamos un poco de comida.

Se hacía tarde y queríamos ir a White Spring antes de que cerrara (está abierto de 13 a 16,30 horas). La Fuente Blanca o de la doncella es uno de los lugares sagrados más especiales de Glastonbury. Situada en una calle lateral al Chalice Well, White Spring parece un edificio poco cuidado en su exterior, pero, una vez te adentras en la gruta, pierdes la conciencia de lo que queda fuera para sumergirte en un templo donde la diosa vuelve a reinar. Un intenso olor a incienso te da la bienvenida desde el pequeño altar que se encuentra en un borde de la circunferencia  de mayor tamaño de la fuente.

No se pueden hacer fotos en el interior de la Fuente Blanca, y es casi imposible trasmitir el ambiente sagrado que se respira allí. No hay un silencio absoluto, porque en una gruta pequeña se reúnen por momento muchas personas para, o bien meterse en la helada agua de los dos estanques principales, o bien meditar, cantar u orar en los rincones laterales donde se concentran las velitas.

Mi vela quedó ante la maravillosa imagen que muestra unas manos que te ofrecen una hermosa llamarada que yo sentí como la llama del corazón, justo al fondo de una especie de tienda.

Bañarse en el agua helada del manantial blanco es todo un rito de consagración, y sólo apto para valientes o personas con muchas calorías en el cuerpo. Yo  lo intenté, pero sólo alcancé a adentrarme hasta la altura de la pantorrilla y dar una única vuelta a la fuente. Mis valientes compañeras se bañaron, enteritas, así que quedaron purificadas, y totalmente consagradas a la diosa doncella, como antiguamente quedaban las sacerdotisas de Avalon.

Mientras nos secábamos, un hombre se situó en el centro del círculo mayor y entonó algunos mantras, proporcionando un ambiente aún más mágico a la cueva. No fue el único. Dos lindas mujeres llegaron también entonando canciones de alabanza. Todo parecía de otro mundo.

Mientras esperaba a que mis amigas terminaran de vestirse, entró en el manantial una mujer a la que ya había visto en varias ocasiones durante el día. Nos miramos y dijimos de forma simultánea: “Tú, otra vez”. Creo que fue un reconocimiento de almas, una conexión de energías. Intercambiamos varias palabras en inglés para darnos a conocer. Ella, holandesa, pero de nombre húngaro y origen germano. En Avalon, los encuentros son mágicos.

Llegaba el turno de Chalice Well. Queríamos disfrutar sin prisas del más amado pozo sagrado de Gran Bretaña. Desde abril hasta octubre abre de diez de la mañana a seis de la tarde. El Pozo del Cáliz constituye el chakra corazón de la Tierra, es un lugar de sanación, un lugar para aproximarse a lo divino, y cada una lo quiso sentir y honrar en soledad.

Cumplimos con el ritual de subir desde la piscina Vesica hasta el santuario donde está el pozo sagrado y volver a bajar, para después, con la conciencia abierta y presente en el lugar, comenzar de nuevo, desde el principio, el recorrido.

Justo después de la primera piscina donde el agua describe una figura de ocho y cae a través de siete recipientes, se hallan los dos impresionantes tejos que conducen a los senderos interiores.

Los rodeé haciendo un círculo para unificar sus energías, una polaridad y otra. Emoción de nuevo al abrazar estos hermosos árboles y unir mi mejilla a sus troncos.

Ascendiendo por el sendero desemboqué en el pozo del Rey Arturo. Su agua de color rojizo, rica en hierro, es sanadora, por lo que se ha utilizado para tratamientos como las terapias florales. Era una tentación sumergir los pies en el estanque, como hizo mi amiga Naiara, pero justo en ese momento empezó a llover.

Con la lluvia arreciando, el recorrido por el jardín tuvo que acelerarse. La siguiente parada fue en la fuente de la Cabeza del León, sólo para al menos beber un poco de su pura agua.

La idea era sentarnos a meditar en muchos de los rincones que Chalice Well ofrece, pero el agua lo impidió, así que seguimos hasta el más deseado de nuestros encuentros, el del santuario donde se ubica el Pozo del Cáliz, donde la tradición cuenta que José de Arimatea vertió un poco de la sangre de Jesús que portaba en la copa del grial.

Es el corazón del jardín, donde se absorbe la pacífica atmósfera del Chalice Well. La tapa que cubre el pozo contiene el símbolo conocido como Vesica Piscis, una forma de geometría sagrada que representa el perfecto equilibrio entre el cielo y la tierra, el espíritu y la materia. Con mucho respeto y conciencia pasé mis manos por los dos círculos que se entrelazan, atravesados por una espada que une un corazón con dos estrellas de seis puntas, el Cielo.

Tras ese momento de recogimiento, primero, y de dispersión después, por las fotos, llegaba la hora de dejar Chalice Well. Fue todo muy rápido, mucho menos intenso en lo emocional de lo que esperaba, pero fue bonito, y nos dejó una sensación muy dulce. Será el primer lugar donde expandirnos durante horas en la próxima visita.

Helena Felipe