La sabiduría es del corazón

“Los conocimientos son de la mente, la sabiduría es del corazón”. Cuando llegan a mí tales mensajes, suelo apuntarlos en mi libreta especial a la espera del momento para darlos a conocer. Antes, los integro en mi ser con el sello de “VERDAD”. Luego, la vida me coloca ante las situaciones que me demuestran que ese sello está perfectamente colocado.

A lo largo de nuestro camino como buscadores, adquirimos todo tipo de conocimientos. Libros, artículos, talleres, cursos, charlas, investigaciones a través del amplio mundo de internet…, se nos antoja inabarcable ese universo que queremos aprehender. Vamos sumando datos,  anotando fechas, recopilando cuadernos y documentos, apilando libros y manuales, objetos inanimados todos que atesoran nuestra búsqueda de respuestas durante años y años. En el mejor de los casos, ese inmenso caudal de conocimientos acumulado es puesto al servicio de los demás, ya sea mediante la impartición de terapias o de cursos y talleres, a nivel individual o colectivo. Nos sentimos bien con nosotros mismos al trasmitir lo que nos ha ayudado a crecer interiormente, pero, ¿actuamos como seres evolucionados que lo que quieren es ayudar al resto de hermanos o, simplemente, queremos “vivir”, y “vivir bien”, de nuestro trabajo como terapeutas o expertos en tal o cual escuela?

He conocido a muchos peregrinos del camino espiritual con un gran bagaje de conocimientos, con una experiencia dilatada en el trabajo de servicio a los demás que, tristemente, sólo son “acumuladores de datos” y que esparcen fríamente sus conocimientos, en algunos casos, sólo cuando tal tarea es muy rentable económicamente. Estas personas trabajan desde la mente, desde un ego confundido e influenciado por la materia de la dimensión en la que vivimos. Es ese ego, es la mente inferior lo que les aparta de la sabiduría.

“Cuando tus conocimientos trabajan para el corazón, entonces, y sólo entonces, eres sabio”. Y trabajar para el corazón, hermanos, es servir a los demás con amor y compasión, recibiendo, tal y como dicen los maestros, “lo que es justo”; justo para cubrir tus necesidades en esta tercera dimensión. Hacer negocio con tus conocimientos no es seguir el camino correcto. Es un camino, sin duda; respetable, sin duda; pero ¿te llevará ese camino de vuelta a casa, de vuelta a Dios Padre Madre?

Lo que yo he aprendido es que “navegamos en un mundo de conocimientos para, finalmente, llegar al Universo del Silencio”, a la quietud del corazón. Y es ahí, en nuestro templo sagrado, donde se manifiesta la sabiduría.

Helena Felipe

Un comentario sobre “La sabiduría es del corazón”

  1. Guau Helena, suscribo todo lo que has expuesto en este bello, maravilloso y tan acertado escrito. No sólo porque en mí misma he podido ver ese «Yo inferior» que tiende a acumular información y conocimientos, viviendo desde la mente y no desde el corazón; sino porque también es algo que Dios me ha permitido ver en muchos hermanos del camino… Como tú bien dices, la sabiduría viene del corazón, del Alma, pero cuando ese conocimiento previamente ha sido experimentado a través de nuestra propia vivencia, si no se queda simplemente en un mero conocimiento. Vivir desde el corazón no es fácil, muchos menos en esta dimensión, pero hay que intentarlo de igual modo porque es para lo que hemos venido. Te amo hermana, gracias por ser un ejemplo a seguir 🌹⚜️♥️

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